Comparando a los probables titulares de la Roja y de la Celeste, apenas los separa tres centímetros en promedio. Además, en todos sus partidos ha sido superado en los duelos aéreos ganados.
En la conferencia de prensa de ayer, Charles Aránguiz hizo referencia a una de las herramientas más conocidas de Uruguay al minuto de atacar, y que le da resultados: el juego aéreo y el trabajo a balón detenido. En efecto, los dos goles charrúas en esta Copa América llegaron mediante esa vía. No obstante, los dos goles que ha recibido la Celeste en la competición también llegaron por arriba.
El rival de la Roja en los cuartos de final de la Copa ha evidenciado esa dicotomía con respecto al funcionamiento por arriba: genera peligro aéreo, pero también es susceptible a ser atacado… con su propia medicina.
Una situación que siempre asoma en el análisis de la selección campeona del continente es su envergadura física. Analizando a los 12 jugadores de Chile y de Uruguay con más posibilidades de tener un lugar el próximo miércoles en el estadio Nacional, la diferencia de estatura promedio es leve a favor del plantel de Oscar Tabárez: 1,78 versus 1,75. Esa distancia, que a primera vista surge para la Celeste como una potencial ventaja, queda en segundo plano según las estadísticas que arroja su participación en el certamen.
La Roja de Sampaoli es el combinado con menor estatura de toda la Copa América, pero aquello no es problema para la selección nacional, aunque no tenga especialistas natos. El ejemplo es Gary Medel, un volante de corte ubicado como zaguero. Hombres como Enzo Roco (1,88) e Igor Lichnovsky (1,87) han sido convocados durante el proceso del casildense, pero hoy están fuera.
En la ubicación de la cancha en la cual se nota más el contraste es precisamente en la zaga central. Tanto Medel como Gonzalo Jara no son muy altos, pero suplen esa debilidad con rapidez y anticipación. En Uruguay, su pareja de centrales mide 1,85: Giménez y Diego Godín. Este último, capitán de su escuadra, volverá a ser titular frente a la Roja luego de cumplir con una fecha de castigo por suspensión. Bueno, su relevo natural es Sebastián Coates, el más alto de los 23 uruguayos presentes en el torneo, con 1,96. Dentro de los 12 charrúas se incluye al lateral Jorge Fucile, reemplazante natural de Alvaro Pereira, quien no jugará el miércoles por sumar dos tarjetas amarillas.
En el mediocampo la ventaja es chilena. Los volantes uruguayos, los mismos que son conocidos por su fuerza a la hora de luchar por una pelota, no superan el metro 70 centímetros: Egidio Arévalo Ríos, Carlos Sánchez y Nicolás Lodeiro.
Donde también el mito se debilita dice relación con uno de los ítems de análisis de las estadísticas de OPTA: el porcentaje de duelos aéreos ganados. A simple vista, Uruguay es especialista en esto, aunque los números indiquen lo contrario.
En sus tres partidos por la fase de grupos perdió en este aspecto con sus rivales, incluso con Jamaica. En su debut, contra los caribeños tuvo un 46,2 por ciento de éxito, contra Argentina un 47,8% y el sábado ante Paraguay un 44,1%. En resumen, promedia un 46%, algo bajo considerando su historia.
Por su parte, Chile sabe suplir las hipotéticas desventajas en los duelos aéreos. Sólo con Ecuador fue derrotado en este ítem (42,9% versus 57,1% de los ecuatorianos). Contra México exhibió un 54,1% y frente a Bolivia un notorio 68,8%. Promedia 55,3%. Salvo pasajes contra los aztecas, Chile no ha sufrido por arriba.
Nenhum comentário:
Postar um comentário