Fútbol local
Fue en el torneo Apertura de 1993. Se jugaban 10 partidos y ahora son 15, pero en esta aún quedan dos por disputar para engrosar la estadística.
La fecha de los clásicos, a la que aún le quedan por disputar los encuentros de Tigre-Sarmiento y Quimes-Temperley, será recordada por la falta de goles. En los 13 partidos que se jugaron hasta el momento sólo se hicieron 13 tantos y hubo seis resultados que cerraron 0-0.
Para tomar dimensión del tiempo que pasó desde la última vez que ocurrió algo así, hay que remontarse al torneo Apertura 1993, donde en el posterior campeón, River, hacía su debut el hoy DT de la institución Marcelo Gallardo.
En aquel entonces se jugaban 10 choques y hoy por hoy son 15, de los cuales quedan por resolver dos el próximo lunes. Aquella fecha de 1993 fue la primera del campeonato y los encuentros que terminaron sin goles se jugaron entre el 11 y el 12 de septiembre: Boca-Estudiantes; Deportivo Español-Lanús; Argentinos- Gimnasia y Tiro; Platense-Ferro; Banfield-River y Gimnasia-Huracán.
En la fecha 12 del torneo de Transición, casi 23 años después, ocurrió lo mismo con los encuentros del domingo entre Newell's-Rosario, Boca-River, Racing-Independiente y Belgrano- Atlético Tucumán, a los que se les suman los del sábado: Arsenal-Defensa y Justicia y Gimnasia-Estudiantes.
El Superclásico terminó sin goles y los dos quedaron con razones para lamentarse
Primera División
Empataron 0-0 en la Bombonera. Boca jugó con diez casi todo el partido por la roja a Pablo Pérez. Se lesionaron Gago y Casco.
Se pasaron con el vértigo y se olvidaron de los goles en el Superclásico. En la Bombonera, Boca y River empataron 0-0, resultado que no deja conforme a ninguno de los dos. El equipo de Guillermo Barros Schelotto jugó con uno menos desde los 12 minutos del primer tiempo por una infantil expulsión de Pablo Pérez.
Al igual que el campo de juego, el partido se embarró muy rápido. A los 10 minutos, el colombiano Eder Alvarez Balanta fue a buscar un centro tras una pelota parada y de manera imprudente chocó a Agustín Orion, que ya se quedaba con el control de la jugada. El arquero cayó al piso y Pérez, desubicado, le dio una patada al defensor de River, situación que no dejó pasar al árbitro Darío Herrera. Boca se quedó muy rápido con diez hombres.
Antes, los dos habían tenido sus chances. A los 4 minutos, Lucas Alario recibió en la puerta del área chica un centro desde la derecha y de media vuelta le dio al centro del arco. Allí estaba Orion para evitar el primero del equipo de Marcelo Gallardo. Del otro lado, un rato después, Camilo Mayada casi empuja dentro de su arco un centro bajo y cruzado que se fue apenas desviado.
El partido no bajó su intensidad después de la expulsión de Pérez. En un campo pesado, River tomó la pelota y se vio obligado a correr más que a jugar. En esa situación lo puso Boca, que decidió jugar al golpe por golpe.
Iba a ser River el que tendría la más clara de las chances en el primer tiempo. A los 39, Andrés D'Alessandro, el dueño de la pelota en esa etapa, sacó un zurdazo impresionante en un tiro libre y Orion le tapó el gol, cuando su remate se metía en un ángulo.
Un rato después, otra mala noticia para Boca. Fernando Gago cayó mal al intentar defender una ataque de Alario y debió ser reemplazado con el tobillo inflamado. César Meli ingresó en su lugar.
Otra vez con más vértigo que ideas, River salió a ganar en el segundo tiempo. Intentó con centros, especialmente desde la izquierda, pero no encontró la manera. Y debió buscar con otro mecanismo. D'Alessandro tomó la pelota y probó más de una vez desde lejos. En todas respondió el arquero, sin inconvenientes.
Boca, sin evidenciar un hombre de menos, siguió corriendo tanto o más que River. Pero se olvidó de la pelota. Carlos Tevez quedó muy solo arriba y desconectado con Nicolás Lodeiro. De hecho, la única vez que lograron conectarse, a los 38 minutos, llegó la más peligrosa del segundo tiempo: un remate de Carlitos, que Barovero mandó al corner. A todo esto, el Millonario se quedó sin Milton Casco, lesionado.
Sobre el final, casi todo fue de River. Buscó, otra vez con centros para el uruguayo Iván Alonso, que ya había reemplazado a Alario, pero el delantero no llegó a conectar ninguno de ellos. Como en el Superclásico anterior, el partido se fue sin goles ni emociones.
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