quarta-feira, 13 de abril de 2016

Sin tridente, no hay Champions ni triplete

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Al Barcelona no le bastó con Iniesta, el único jugador reconocible en el Calderón con el balón en los pies


El Barcelona salió al campo convencido de que lo mejor que le podía pasar es que no pasara nada para que todo se quedara como terminó en el Camp Nou. Y en esa nada se perdió. Sin Messi, no tiene fútbol y sin fútbol no tiene nada más que un escudo que ayer no representó a un equipo reconocible. No supo si ir o quedarse y en la duda sucumbió el equipo de Luis Enrique, que terminó buscando la heroica, a contra natura. El Atlético, que remató tres veces para abrir boca, ganó el partido por principios y porque lo hizo suyo desde la escenografía. Jugó el Barça a no cometer errores, como si eso le bastara, y se equivocó desde una idea que nunca ha sido la suya. Y perdió.


Resulta una costumbre que el Atlético se adelante en el marcador, pero ayer no había motivo en el juego que permitiera pensar que el Barça pudiera darle la vuelta al partido

Cada balón que se pasaron Piqué y Mascherano (48), y fueron muchos, cada cesión a Ter Stegen, y a ratos fue un no parar, cada resbalón de Neymar, un continuo, cada carrera de Messi persiguiendo a Luis Filipe, demasiadas, lejos de acercar al Barcelona a las semifinales le alejaba de la clasificación en una cruel cuenta atrás de un primer tiempo absurdo que terminó en el minuto 37. Entonces, en un cúmulo de errores, en la visualización de la falta de tensión con la que el Barcelona afrontó el partido, Alba despejó sin sentido un balón, regalándoselo a Saúl, que centró para que Griezmann clavara un remate imparable por la escuadra. Antes y después, siempre mandó el Atlético, aunque no tuviera el balón.
Resulta una costumbre ya que el Atlético se adelante en el marcador, pero ayer no había motivo en el juego que permitiera pensar que el Barcelona pudiera darle la vuelta al partido. Sin tridente, el Barça de Luis Enrique fue muy poco ante Oblak, apenas nada. Basta con que el rival tenga la voluntad de masticar tuercas si es necesario, como demostraron los de Simeone, para perder el tren de la Champions. Volverá el Barça al Calderón para jugar la final de Copa el 22 de mayo y mientras defenderá su ventaja como líder en la Liga, pero lo que queda de la competición europea lo verá por la tele. Normal, jugó tan poco que supo a nada y nada se llevó de Madrid. Y pudo ser peor de no ser porque Ter Stegen estuvo seguro y los centrales llegaron a tiempo de socorrer en más de una ocasión al equipo metiendo el pie a tiempo. Hasta que un penalti le dio la puntilla.


Jugó Iniesta con poca ayuda: por delante solo se le adivinó la voluntad a Messi, la brega estéril a Suárez y de Neymar se supo que estaba en el césped porque se le vio resbalar

El Barcelona regaló la primera parte y eso en Europa es mucho regalo. Debió pasar por alto que el Atlético había conseguido mantener su portería a cero en 12 de sus últimos 14 partidos jugados en casa en la Champions League. Cuando se fue a por ellos, en busca del gol, ya era tarde. No bastó con el liderazgo de Iniesta, el único futbolista reconocible cuando el Barcelona cogía la pelota y se planteaba qué hacer con ella –Alba y él se pasaron el balón 54 veces, más que ninguna otra pareja y siempre con vocación ofensiva–, la única luz en una noche siniestra para un equipo que llegó el martes tarde y mal a Madrid, avisando de que no especularía con el resultado de la ida, aunque a la hora de la verdad hizo cualquier cosa menos salir a por el partido, convirtiéndolo en un reloj de arena, como si el descontar del tiempo jugara a su favor. Y cuando quiso, no pudo. Ni una ocasión clara de gol lo demuestra. Con razón la hinchada atlética lo pasó tan bien, porque ni siquiera sufrió, solo celebró: del uno al noventa.
Jugó Iniesta con poca ayuda, porque por delante del capitán anoche solo se le adivinó la voluntad a Messi (ni un tiro a puerta), la brega estéril e inútil a Suárez (dos chuts entre los tres palos de los tres que atinó a lanzar el Barça) y de Neymar se supo que estaba en el césped porque se le vio resbalar, y porque probó con un chut, el tercero del equipo de Luis Enrique, también fallido. Sin el tridente (Messi, por ejemplo, lleva cinco partidos sin marcar), el liderazgo de Iniesta no bastó. El Barça de Luis Enrique ya no es inmortal. Con Iniesta no alcanza; sin tridente no hay triplete.


Griezmann y Rizzoli apean al FC Barcelona de la Champions League

Dos goles de Griezmann y un error de libro del árbitro Rizzoli dejaron al FC Barcelona sin semifinales de Champions League. El campeón se fue tras un partido muy pobre

No pudo ser. El FC Barcelona, vigente campeón, dijo adiós a las semifinales de la Champions League después de un partido que tuvo dos nombres propios:Griezmann y Rizzoli, el árbitro, que escamoteó un penalti de libro al Barça en tiempo añadido. El Barça, de todas formas, hizo un partido muy pobre, demasiado teniendo en punta a la MSN, en la que este miércoles solo brillóSuárez, y a ráfagas...
El Atlético, aclamado por su público, salió a comerse al Barça. Presionó muy arriba, cerró líneas de pase y creó las primeras ocasiones de gol. La primera de Gabi, pero su disparo con la zurda se fue arriba (m. 3). La segunda, de Carrasco, desde fuera del área, que blocó Ter Stegen (m. 4).
El Barça, sin embargo, empezó a tocar. Puso en práctica el rondo. Arriba y abajo, por el centro y la banda. El objetivo, desactivar al Atlético y su hambre. Enfriar el partido. Pero, con el balón en su control, el equipo local solo veía el marco azulgrana. Y Griezmann (m. 7), de cabeza, volvió a generar otra ocasión.
Pero el peligro para el Barça estuvo en las pérdidas de balón. El Atlético buscó el error de su rival para robar y salir a la contra con un gran número de efectivos. Lo consiguió en alguna ocasión, aunque los hombres de Luis Enrique hicieron gala de un gran control, de paciencia. De saber gestionar los tiempos sin ansiedad.
El partido entró en una fase en la que no ocurrió nada en las áreas. Toda la acción se trasladó en la zona ancha, con juego físico y de contacto. Faltas, caídas, una carrera de Messi en defensa para recuperar un balón a Carrasco... Pero el Barça sin dar sensación de peligro alguno. Solo un saque de esquina en el minuto 27 que atrapó Oblak.
El público reclamó penalti de Piqué a Carrasco, pero Rizzoli no picó y no pitó nada. En las imágenes de televisión se vio que no hubo nada. Sí hubo un agarrón de Godín a Suárez de la camiseta (m. 30) que vio el juez italiano, pitó falta, pero no mostró la tarjeta al defensa local. Insólito.
El primer disparo a puerta del Barça llegó en el minuto 33. Fue a raíz de una falta de Godín a Iniesta. Messi ejecutó el castigo, con la zurda, pero su lanzamiento se perdió por alto. No le dio el efecto correcto.

GOL DE GRIEZMANN

Poco después, gracias a la presión alta del Atlético, el equipo de Simeone encontró el camino del gol. Jordi Alba se quedó corto en un despeje en la banda y el esférico cayó a pies de Saúl Ñíguez, que centró a pie cambiado, de primeras, para que Griezmann, de cabeza, superara a Ter Stegen por su izquierda.
Hasta el final, dos acciones en cada área. Un disparo de Neymar desde fuera del área (m. 41) que blocó el meta atlético por alto y otro de Carrasco (m. 44) que despejó Ter Stegen. Y se llegó al descanso sin que se cumpliera el minuto 45. Faltaban más de 10 segundos.

ATASCADOS

Se esperaba que el FC Barcelona, en la segunda mitad, saliera con más determinación, más garra, más profundidad, pero todo lo que se suponía que tenía que ofrecer el equipo de Luis Enrique lo puso el Atlético. El equipo de Simeone salió con intensidad, ganas... Como si el partido estuviera todavía 0-0.
El Barça, atascado, no supo dar réplica al juego del Atlético. Sin ritmo, sin precisión, sin velocidad, el Barça fue un equipo vulgar, incapaz de tejer juego y, menos, de crear una ocasión de gol.
La MSN no dio señales de vida en los primeros minutos, pero poco a poco, con posesiones cada vez más largas, fue acercándose a los dominios de Oblak. La ocasión más clara la tuvo Piqué (m. 59), pero el central, como si fuera un ariete, no pudo rematar el centro de Jordi Alba por sacarlo in extremis Gabi. Antes, el Atlético, por mediación de Saúl Ñíguez, estrelló un cabezazo en la parte superior del larguero (m. 53).

OCASIONES

El partido quedó en manos del Barça, que encerró al Atlético, a la espera de alguna contra. Y así fue como Griezmann, tras una larga carrera, exigió a Ter Stegen con un disparo raso que despejó el alemán. El Barça, entonces, por mediación de Iniesta (m. 63) y Suárez (m. 66) rondó el empate. Pero el disparo del manchego y el del uruguayo los detuvo Oblak.
Los cambios de Arda Turan por Rakitic y Sergi Roberto por Dani Alves dieron más control al FC Barcelona, que siguió insistiendo sobre el marco de Oblak. El Atlético, cada vez más cansado, se dedicó a perder tiempo de forma descarada, como en el cambio de Thomas por Carrasco. Pero el reloj seguía corriendo contra el Barça.
El vigente campeón, poco a poco, fue perdiendo gas hasta quedar contra las cuerdas. ElAtlético, que tenía el partido donde quería, no dejó escapar la oportunidad de avanzar a las semifinales. Algún que otro escarceo del Barça pero poco más, como un disparo de Suárez flojo que blocó el meta.

2-0 Y PENALTI ESCAMOTEADO

El Atlético, en una de sus contras, anotó el 2-0 de penalti, provocado por unas manos de Iniesta dentro del área. Griezmann no perdonó, pero Ter Stegen estuvo muy cerca de detenerlo. Y cuando todo estaba decidido, o por lo menos así lo parecía, llegó el escándalo. Rizzoli no pitó un claro penalti por manos de Gabi dentro del área... El capitán del Atlético interceptó el balón con el brazo competamente despegado del cuerpo. El árbitro pitó falta. La pitó Messi, alto.
El vigente campeón, de esta forma, dijo adiós a la Champions League. Sigue la maldición del campeón, que no puede repetir título desde que la competición cambió de nombre la temporada 1992-93.
Griezmann y Rizzoli apean al FC Barcelona de la Champions League
Messi y Lucas Hernández luchan por un balón durante el Atlético-FC Barcelona de este miércoles en el Vicente Calderón EFE

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