Adria_campmany
Andrés Iniesta cumple 20 años en la Masía. Día histórico no solo para el manchego, sino también para el Barça. En estas dos décadas, Iniesta ha pasado de ser un joven proveniente de un desconocido pueblo llamado Fuentealbilla a ser un auténtico emblema del club azulgrana
Todo empezó en el Torneo Nacional Alevín de Fútbol 7 de Brunete. Era 1996 y Andrés Iniesta, por aquél entonces en las filas del Albacete y a sus doce añitos, deslumbró a todo el mundo. Los grandes equipos presenciaron aquella soberbia actuación, entre los cuales se encontraba el equipo por el que se inclinó durante su juventud, el Real Madrid. Sin embargo, no fue el club blanco el que se interesó por el joven manchego, lo fue su máximo rival, el Barça. Por cosas de la vida, Iniesta se encontraba en una situación que ni él ni nadie en su familia podía esperar. Como ya ha reconocido en varias entrevistas, se trataba de una decisión muy complicada, pero que finalmente acabó tomando su padre.
Lo primero que hizo cuando llegó a ”La Masía” fue declarar que era ”madridista” a todo poder. Así mismo lo dijo, claro y contundente. No obstante, su relación con el Barça empezó a cambiar desde el primer momento en el que pisó Barcelona. Su paso por las categorías inferiores fue inmejorable, hasta el punto de que a los quince años fue llamado por Lorenzo Serra Ferrer para entrenar con el primer equipo. Pero su debut con la primera plantilla tuvo que esperar, y no fue hasta la temporada 2002/03 cuando entró por primera vez en una convocatoria de la primera plantilla, ante el Brujas, en la Champions.
Dos años después, pasó a formar parte de la primera plantilla del club y ya en su primera temporada se convirtió en una pieza importante del equipo en aquél entonces dirigido por Frank Rijkaard, con quien disputó su primera final de Champions. Aquél día Iniesta tuvo un papel destacado saliendo desde el banquillo y celebró como nadie el gol de Belletti que daba al club azulgrana su segunda Champions. Su progresión con el técnico holandés fue lenta pero siempre a mejor. Temporada tras temporada iba adquiriendo más importancia en el equipo, hasta que llegó Guardiola.
El técnico de Santpedor revolucionó por completo la plantilla y el juego del Barcelona, y uno de los que se vio más beneficiados ante este cambio fue el propio Andrés. La 2008/09 fue posiblemente la mejor temporada del manchego. Pep le dió galones y pasó a ser junto a Xavi Hernández la manija del equipo que acabaría logrando el triplete, y posteriormente el sextete. Un 2009 en el que se postuló como uno de los mejores centrocampistas del mundo y en el que se produjo el momento más importante de su carrera junto a su gol en la final del Mundial, el ‘Iniestazo’. Aquél disparo quedará para siempre en la mentes de los culés, y por supuesto en la de los ‘blues’. El Barça estaba prácticamente en la lona, apenas había realizado un chut a portería, y cuando nadie lo esperaba apareció él, con ese derechazo directo a la escuadra de Cech. Tocaba Roma y tras el milagro de Stamford Bridge, Iniesta disputaba su segunda final de Champions, la primera como titular. Ya no era el de París, estaba mucho más hecho y su situación en el equipo era totalmente distinta que en aquella ocasión. El manchego ‘bailó’ por la capital italiana junto a Xavi y Busquets, sus mejores acompañantes, y se llevó su segunda orejuda.
Tras conseguir su tercera Champions en Wembley, donde tuvo un papel decisivo asistiendo a Messi en el segundo gol, afrontó su última temporada con Pep. Daba inicio una etapa en la que Andrés Iniesta, por razones físicas y extra-deportivas, no estuvo a su mejor nivel. Parte de la afición cargó contra él y otros pesos pesados de la plantilla como Xavi y Puyol. La temporada en la que Gerardo Martino dirigió al Barça fue un punto de inflexión para el manchego. Se anunció la retirada de Puyol, así que Xavi -que también estuvo a punto de dejar el club azulgrana- e Iniesta, quedaban como primer y segundo capitán de la plantilla.
Ya con Luis Enrique en el banquillo, Andrés ejerció de líder absoluto en la temporada del ‘triplete’. Xavi apenas contó con minutos, algo que ya entraba en la propuesta que le planteó el técnico asturiano al catalán, y fue Iniesta quien ejerció de capitán en la mayoría de ocasiones. Su final de temporada fue descomunal, y su determinante actuación en Berín permitió al Barça conseguir la quinta Champions.
Un doblete después, Iniesta ha conseguido reconvertir su juego en favor del equipo.Su grandeza reside en este tipo de cosas, en dejar las individualidades de lado y mirar por el equipo. Eso es algo que no tiene precio, que se debe tener en más en cuenta. ‘Don Andrés’ es mucho más que el ‘Iniestazo’ de Stamford Bridge, es el jugador que junto con Xavi define a la perfección lo que significa este equipo. 32 títulos después podemos decir que Andrés Iniesta es historia viva del Fútbol Club Barcelona.
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