Los verdiblancos salvaron un punto tras empezar perdiendo por 0-2 con un doblete del canterano pero no pudieron hacer el tercero ante unos granadinos con diez
El Real Betis y el Granada firmaron tablas en el Benito Villamarín en un partido eléctrico en el que los dos mostraron su buen hacer en ataque y sus carencias en defensa.
Los pupilos de Gustavo Poyet, que merecieron ganar el combate a los puntos, fueron los que salieron desde el principio a por el partido con un buen Brasanac en la distribución y un eléctrico Durmisi en la izquierda pero los puntas verdiblancos no aprovecharon los centros del danés y tras el arreón inicial, el Granada logró estirarse.
El equipo granadino empezó a tapar la medular verdiblanca y a volver su juego a la derecha donde Carcela mostró al fútbol español todo su potencial. El jugador marroquí sólo necesitó recibir una vez para con un potente disparo desde fuera del área quitar las telarañas de la portería de Adán. Con el Betis en shock y superado por los murmullos de la grada, el extremo derecho volvió a recibir y se fue hasta de dos rivales, el tercer se la robó pero el cuero le cayó a Alberto Bueno, que no perdonó el 0-2 en la primera ocasión que tuvo.
Al Betis le iba a tocar remontar y reaccionó rápido. Rubén Castro, alma del equipo del Villamarín, se escapó por la izquierda y puso un centro preciso para la cabeza del canterano Álex Alegría, que celebró su segundo partido como titular marcando su primer gol en Primera División. Poyet no se lo pensó y sacó la artillería pesada retirando del campo a Fabián y dando entrada a Musonda.
Musonda al rescate y Alegría al remate
La electricidad del belga empezó a decantar la balanza para los béticos, que pudieron empatar antes del descanso pero Rubén Castro falló de forma increíble una doble ocasión ante Memo Ochoa, que le sacó con acierto el balón en primera instancia pero estaba vendido en el rechace. Musonda siguió a la suyo en la segunda parte y primero provocó la expulsión de Vezo y después dejó solo a Piccini en la derecha para que asistiera nuevamente a Álex Alegría, que desde muy pronto ha empezado a justificar que lo repescaran en verano.
Al Betis le quedaba media hora para busca el 3-2 pero se le empezó a apagar la luz en la frontal del área. El Granada, que era un juguete en sus manos, paró con inteligencia el partido e incluso tuvo la mejor opción para llevarse el partido en una acción más que polémica. Ponce controló con la mano y dejó solo a Atzili en el mano a mano con Adán. El madrileño se hizo con el balón pero el árbitro mordió el anzuelo en la caída del extremo y señaló penalti. El enfado de Adán le dio alas para sacar el penalti y el posterior rechace.
El milagro de Adán dio alas al Betis, que se volvió a ir arriba con todo pero Álex Alegría falló el 3-2 cuando estaba solo ante Ochoa y Betis y Granada se acabaron repartiendo los puntos en el Benito Villamarín.
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