Cerro Porteño venció por 3-2 al Corinthians en Sajonia y los jugadores del “club del pueblo” dedicaron este triunfo a César Farías, cuya continuidad estaba transitando por la cuerda floja. Ahora, el elenco de Barrio Obrero lidera su grupo.
La mala campaña en el torneo Apertura de Cerro Porteño, que contrastaba con la que venía realizando en la Copa Libertadores, y la falta de identidad de juego, pintaron al duelo ante el Corinthians como la prueba más difícil del Ciclón de César Farías.
Obligados a conseguir un triunfo que satisfaga a la afición, se vio a un intenso Cerro Porteño al inició del compromiso. No habían pasado ni tres minutos y el Ciclón se había adueñado por completo del balón y probó un par de tiros al arco defendido por Cássio.
No obstante, el Corinthians avisó con un remate de Lucca que pegó en la parte externa de la red y engañó a los hinchas brasileños que celebraron el gol a los 4’. Sergio Díaz estuvo bastante activo y a los 7’ Cássio desvió su derechazo que tenía destino de gol.
El partido se hizo bueno, cada ataque azulgrana ponía en aprietos a una defensa brasileña con dudas. Sin embargo, el Timão mostró otra cara en ofensiva y a través de la pelota detenida llegó a romper la paridad.
Antony Silva concedió un rebote y André, más despierto que los jugadores azulgranas, aprovechó la situación y puso en ventaja a los suyos a los 11’. El golpe dejó muy sentido al conjunto de Barrio Obrero.
Pese a que continuó atacando, la intensidad cerrista ya no fue la misma, la desesperación se notó y las llegadas brasileñas causaban zozobra en la defensa azulgrana. El poste evitó el segundo gol de Lucca a los 23’.
Los intentos de Díaz no bastaron y a los 44’, un centro cruzado encontró a André sin marca en el área. Para alegría local, su frentazo pasó cerca de la portería de Silva y el marcador no se amplió.
El Corinthians arrancó el complemento como dominador y como el mejor parado dentro de la cancha. Cerro Porteño continuó con sus dudas y sin signos de reacción. Un centro de Luis Leal al centro del área fue suficiente para cambiar la historia.
El tiro del portugués fue conectado por Guillermo Beltrán y su cabezazo hizo estallar de júbilo a los hinchas azulgranas a los 48’. El gol desesperó al elenco visitante y André vio su segunda tarjeta amarilla a los 52’.
Cerro Porteño se agigantó, su hinchada empujó desde las gradas y Cássio tapó el segundo tanto azulgrana, que casi llegó a través de los pies de Bruno Valdez a los 57’. El Ciclón se instaló en terreo paulista, buscó con centros al área y por los costados.
Corinthians, por la situación, apostó al contragolpe y a los 72’ se quedó con nueve jugadores. Rodriguinho vio su segunda amarilla al cortar un avance cerrista. Farías realizó cambios ofensivos para trasladar su dominio y su superioridad numérica.
Díaz, que venía realizando un gran partido, convirtió el gol que desniveló a los 75’. Los jugadores azulgranas se fueron a abrazar al entrenador que caminaba por la cuerda floja. Otro golpe cerrista liquidó prácticamente el partido. Nuevamente Beltrán, ahora a los 83’.
A los 87’ Giovanni Augusto descontó de tiro penal. Silva se fue bien pero el remate fue muy esquinado. Leal perdonó el cuarto que ya no hizo falta. Cerro Porteño logró una victoria importante desde todo punto de vista: desde lo anímico, desde la confianza y desde lo numérico.
Ahora, el Ciclón que lidera con siete unidades el Grupo 8 y con notables chances para avanzar a la siguiente ronda, deberá enfrentarse nuevamente al mismo adversario, el 16 de marzo en el Arena Corinthians.
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