quarta-feira, 28 de outubro de 2015

Suerte, River

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SUDAMERICANA / CHAPECOENSE 2 - RIVER 1


El equipo de Gallardo tuvo una floja actuación en Brasil y terminó aguantando el 1-2 para lograr el pase a la semi de la Sudamericana. Chapecoense tuvo varias chances clarísimas para anotar uno más y forzar los penales pero, con algo de fortuna, el Millo logró pasar: va con Huracán o Luqueño.


Tuvo algo que no fue fútbol. Tuvo a Rangel en contra y un angel que lo ayudó en una noche de las de peor rendimiento desde que Marcelo Gallardo es el entrenador. Tuvo suerte... Desde ahí se puede encontrar la explicación para que River sea, nuevamente, uno de los semifinalistas de la Copa Sudamericana. La pasó mal hasta el último minuto pero, una vez más, el Millonario volvió a mostrar que en los mano a mano solamente sirve una cosa: pasar a la siguiente ronda. Y lo terminó logrando.
No pudo hacer pie, lo complicó un conjunto que lo atacó abriendo la cancha y tirando centros para su centrodelantero. Así llegaron los goles. En el primero, Bruno Rangel cabeceó y un rebote en la cabeza de Alvarez Balanta hizo que Barovero no pudiera hacer nada. Ya en la segunda parte, la fórmula fue la misma: centro pasado le ganaron en el salto a Eder para bajársela y dejarle servido otro tanto a Bruno Rangel. El empate transitorio de Carlos Sánchez (sí, una vez más) tras un buen centro de Pisculichi, ya no era tranquilidad. Porque fue el conjunto brasileño quien estuvo más cerca del tercero, que llevaba la serie a los penales, que los del Muñeco de volver a marcar.
¿Porque se habla de fortuna? Porque hubo tres situaciones clarísimas para Chapecoense: a los 12' del ST, Neto la tiró afuera con Barovero ya caído, a quince del final fue el propio arquero quien le sacó una pelota tremenda a Rangel y, ya sobre el final, Tiago Luis cabeceó de pique al suelo pero su remate, lejos de cualquier oposición rival, se elevó tanto que dio en el travesaño y salió. Suerte, River.
Ya está, ya pasó. Ahora, el entrenador deberá trabajar para mejorar lo hecho, sobre todo en defensa. Habrá que ver qué tipo de molestia lo llevó a Balanta, otra vez de floja tarea, a pedir el cambio en la segunda parte, aunque en ese caso la tarea del técnico es recuperar al colombiano desde lo futbolístico, ya que su nivel alarma. El rival en semi será Luqueño de Paraguay o Huracán, si es que Independiente de Avellaneda no puede con el Independiente colombiano: ahí habrá enfrentamiento entre argentinos.


River sufrió en Brasil, pero ya está en semis

Copa Sudamericana
El equipo de Gallardo perdió 2-1 ante Chapecoense, pero se clasificó por el 3-1 de la ida en el Monumental. En la próxima instancia enfrentará a Sportivo Luqueño, pero si queda eliminado Independiente su rival será Huracán.

Por historia, por presente, por calidad de jugadores y por la chapa que supo construir River en torneos continentales de la mano de Marcelo Gallardo, la diferencia con Chapecoense, su ignoto rival brasileño, hacía suponer una serie sentenciada tras el 3-1 conseguido en el Monumental. Pero el trámite fue mucho más ajustado de lo esperado y River sufrió hasta el último minuto para acceder a la semifinal de la Copa Sudamericana.
Ya en el primer tiempo el local le hizo encender la alarma al conjunto argentino que recién pudo serenarse sobre el final con el gol, siempre puntual, de Carlos Sánchez. Hasta ese momento, hasta los 44 minutos cuando el uruguayo puso de cabeza el 1-1, los locales habían sido superiores.
Sin brillo, sin acciones colectivas para destacar, pero a los tumbos, se fueron llevando a River contra el arco de Marcelo Barovero. Y River sintió el sacudón. En especial por la punta izquierda donde Milton Casco no hacía pie y Alvarez Balanta no lo sostenía desde atrás.Maranhao era el hombre más peligroso de Chapecoense con sus proyecciones por la banda derecha. Y por ese costado entró Bruno Rangel para ganarle en el salto a Casco y cabecear un centro cruzado para poner el 1-0. La pelota se desvió en Balanta y terminó de descolocar a Barovero.
El gol aturdió a River y empujó a Chapecoense que con el 2-0 conseguía el pasaje a semis. Y tuvo una chance clarísima, la mayor polémica de la noche en una corrida de Ananias con Balanta. El zaguero corrió de atrás al brasileño que iba cara a cara con Barovero y se tiró antes de entrar al área tras un leve contacto con el colombiano. Los locales pidieron infracción y expulsión; el árbitro dejó seguir.
Después de esa jugada, los jugadores locales se desenfocaron y entraron en nerviosismo. Y en ese escenario River empezó a ser más prolijo de la mano de Pisculichi. Así llegó el empate, con un buen centro del mediocampista que cabeceó Sánchez en el punto del penal.  En el segundo tiempo, el local lo golpeó a River de arranque. En un centro desde la derecha otra vez falló Balanta en la marca y tras un buen toque al medio la mandó a guardar nuevamente Rangel.  Como en la primera parte, Chapecoense tuvo su ráfaga y preocupó a River. Es más, contó con una chance inmejorable (siempre de pelota parada) tras un desvió de Barovero que Neto no pudo acertarle al arco.  
El equipo de Gallardo no encontró la brújula y el final fue a puro suspenso. Barovero le sacó un buen cabezazo al ingresado Túlio de Melo y llovieron centros al área de River, que sufrió hasta el cierre cuando lo salvó el travesaño tras un cabezazo de Tiago Luis.
Sufrió mucho River. Se le quemaron los papeles en Brasil jugó mal y estuvo a punto de estirar la definición a penales. Sigue sin encontrar el rumbo y se parece poco a aquel equipo confiable que ganó la Libertadores y la Sudamericana. Lo único positivo que se trae de Chapecó es el pasaje a la semifinal. Nada menos. En la próxima instancia enfrentará a Sportivo Luqueño, aunque si este jueves queda eliminado Independiente su rival será Huracán. Más allá de la clasificación River sabe bien que para seguir avanzando y llegar con buenas aspiraciones al Mundial de Clubes deberá mejorar mucho. 

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