Empate a dos rodeado de mucha polémica arbitral. El Submarino Amarillo puso las tablas en la segunda parte tras ir perdiendo 0-2
El Barcelona tenía una oportunidad de oro para meter la directa en su carrera por el título tras el pinchazo del Atleti. Con el cartel de equipo invencible, sus 12 partidos consecutivos ganando así lo atestiguan, llegaba a un Madrigal que se ha convertido en el ‘matagigantes’ de esta temporada, equipos como el Real Madrid, Sevilla o Atlético sucumbieron en el feudo del submarino.
Los de Marcelino salieron con un ritmo vertical y enérgico que descolocó a los blaugranas desde el inicio, tanto que en el primer minuto Trigueros remató al palo una jugada embarullada dentro del área. Sin embargo, y sin forzar mucho la maquina, el Barcelona se adelantó gracias a Rakitic. El croata, el más listo de la clase, recogió un rechace precedido de un libre directo de Messi y empalmó con la izquierda el balón para hacer el primero.
Parece que el colegiado, Sánchez Martínez, se contagió de este ritmo y comenzó a sacar amarillas a diestro y siniestro. Se le veía nervioso, y no tardó en convertirse en el protagonista de la primera mitad. Dos acciones fueron claves en el devenir del encuentro.
La primera, una mano clara de Piqué que cortó una contra de Denis y suponía la segunda amarilla para el central. Sánchez Martínez no señaló nada y por tanto no mostró la cartulina. Más claro lo tuvo para señalar la pena máxima a favor del Barcelona al borde del descanso. Neymar se plantó solo ante Asenjo, el portero le aguantó y sacó la pelota limpia, pero el árbitro señaló la pena máxima ante el asombre de propios y extraños.
Neymar lanzó sutil a lo panenka e hizo el 0-2. Con pañolada y mucha indignación se llegó al descanso. Contra pronóstico el Villarreal salió al segundo acto convencido de que podía dar la vuelta al marcador. Bakambu recortó distancias empujando al fondo de la red un rechace de Bravo tras disparo de Denis. A partir de ahí locura y comienzo de un auténtico partidazo en el Madrigal.
Asenjo evitó el tercero con una estirada espectacular adivinando el tiro de Neymar. Y Mathieu, que había entrado en sustitución de Piqué se hizo el harakiri logrando en propia puerta el empate para el Villarreal. Los amarillos que habían rozado las tablas hasta en tres ocasiones seguidas, contaron con la inestimable ayuda del central al que le rebotó el balón que se coló en la portería blaugrana.
El Barça buscaba el tercero a base de fogonazos de Messi, pero siempre se encontraron con un pletórico Asenjo que defendió su portería con uñas y dientes. No hubo tiempo para más, reparto de puntos entre dos equipos que dan un pasito más en sus objetivos esta temporada.
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