El FC Barcelona buscará la conquista del Mundial de Clubes en la final ante River Plate
.
No me cabe duda que el entrenador de River, Marcelo Gallardo, apelará al gran sentido de la competitividad de su equipo para contrarrestar la larga lista de virtudes del Barça. En este sentido, y que nadie se sienta ofendido, podemos ver un duelo entre un equipo de ‘alta escuela’ como el Barça frente a un River con menos recursos técnicos pero mucho corazón, tal y como adelantó su técnico.
Agresividad e interrupciones. El primer mandato de la plantilla de River será jugar con agresividad desde el primer segundo. Juego duro, buscando el contacto físico, peleando hasta la extenuación los balones divididos y forzando todas las interrupciones habidas y por haber. Todo vale si contribuye a cortar el ritmo, a dejar que los azulgrana no mantengan el contacto fluido con el balón. Que nadie se engañe, con independencia de la calidad, ese tipo de fútbol a argentinos y brasileños les va como anillo al dedo. Y más si en las gradas los jugadores cuentan con miles de aficionados desplazados coreándoles para disputar el partido más importante en la historia reciente de River.
Otro cerrojo, pero con más calidad. El dibujo táctico inicial de River no diferirá en exceso del mostrado por el Guangzhou chino o la mayoría de clubs de la Liga española. En principio, lo normal es arrancar con el clásico 4-4-2, buscando juntar el máximo posible las líneas, apretando en la presión y esperando una intercepción para salir a la contra. Nada nuevo en el horizonte, salvo que los argentino sí tienen más recursos que los chinos. No olvidemos que en el partido de semifinales, el Barça perdió en el primer tiempo más balones de la cuenta.
Una final de este tipo no es lugar para grandes sorpresas tácticas. El Barça, como siempre, saldrá a hace valer su fútbol habitual y, en este caso, un rival de la talla de River tratará por todos los medios de llevar el fútbol a la calle, a las interrupciones, allí donde se siente más cómodo. Esa es una de las claves del encuentro.
Una final de este tipo no es lugar para grandes sorpresas tácticas. El Barça, como siempre, saldrá a hace valer su fútbol habitual y, en este caso, un rival de la talla de River tratará por todos los medios de llevar el fútbol a la calle, a las interrupciones, allí donde se siente más cómodo. Esa es una de las claves del encuentro.
Nenhum comentário:
Postar um comentário