domingo, 20 de dezembro de 2015

Católica encuentra un consuelo sufrido en un año amargo

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Los cruzados golearon a Palestino por 4-1 en el partido de vuelta y estarán en la Copa Sudamericana 2016.


La pesadilla parecía alargarse. Palestino le daba un toque a una Universidad Católica que veía como Toselli y el palo salvaba lo que era una sentencia a la llave que era claramente dominada por los tetracolores. Pero Luis Marín le facilitó las cosas a la UC. En la primera llegada clara de los franjeados, el portero respondio débilmente al tiro libre de Jeisson Vargas, que fue bien aprovechado por Llanos.
Los de Pablo Guede, en el último partido del técnico que revolucionó tácticamente a una escuadra ordinaria, siguieron en su tónica. Cortés y Maturana comandaban un mediocampo que buscó insistentemente a Marcos Riquelme, quien se estacionaba por la derecha y complicaba a una nerviosa defensa universitaria. Hasta el empate del argentino, el dominio fue absoluto de parte de los de La Cisternas, que, además, en el segundo tiempo parecían encontrar un buen refresco con los ingresos de Valenzuela y Gutiérrez. 
Pero algo pasó tras la igualdad. Católica, al contrario de lo que pasó durante estos últimos años en los que ha flaqueado anímicamente, sacó lo mejor de su repertorio tras el golpe árabe. Y, además, encontró la fortuna con el autogol de Farías. 
El desafortunado gol en contra del siempre correcto mediocampista de contención derrumbó a un elenco que ya había hecho todo el desgaste. Los precordilleranos, además, se encontraron con la entrada inspirada de Carlos Espinosa, quien fue capaz de tener la claridad para sacarle partido a una retaguardia que, a esas alturas, ya estaba regalada. Dos disparos de media distancia, de parte de Vargas y de Michael Ríos, no encontraron la resistencia de Marín y de un equipo que lamentó las ocasiones perdidas tanto en la ida como en Las Condes.

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