- Luis Enrique aprovechó el partido ante la Roma para preparar la Supercopa de Europa ante el Sevilla. Ney, Leo y Rakitic lograron los goles azulgrana y el Tridente funcionó como siempre. Lo único negativo fue la lesión de Alba
El Barça logró su trofeo, el Joan Gamper, ante una Roma que fue una excelente piedra de toque cara a la Supercopa de Europa. Ganaron los azulgrana (3-0) con goles de Neymar, Messi y Rakitic.El equipo de Rudi García puede ser un equipo comparable al Sevilla de Unai Emery por su firma de jugar, de presionar, de defender, aunque los italianos pecaran de falta de remate. Verdaderamente necesitaban el fichaje del bosnio Dzeko que han realizado. Lo mejor del partido fue la seriedad con a que lo afrontaron los barcelonistas, muchos de ellos como Messi y Neymar, con pocos entrenamientos en sus piernas.
El partido fue una fiesta con un Camp Nou lleno de una afición repleta de turistas, aficionados poco habituales. 94.422 espetadores se dieron cita en el ‘estadi’ barcelonista y se lo pasaron en grande. Primero con una espectacular y moderna presentación del primer equipo en que Leo Messi y Luis Enrique fueron los más aclamados. El técnico pudo comprobar que no se ha equivocado al renovar su contrato con el Barça. El Barça dejó claro que, partido a partido, competición a competición, va a ir en busca de la media docena de tìtulos, empezando por la Supercopa de Europa.
Messi-Neymar: la fantasía no necesita pretemporada
- Regreso a lo grande: Leo ideó el primero y marcó el segundo; Ney, gol y asistencia
¡Ya están aquí! Con esa entonación musical de la niña de Poltergeist avisando de la llegada del peligro, la afición del Barça festejó anoche el regreso de Messi y Neymar. A los dos cracks les bastó una hora para demostrar que el talento no se entrena. Que se ejercita el físico pero no la sabiduría, la fantasía y el instinto matador. Eso es innato, viene de fábrica. Leo puso el punto de partida en un primer gol que marcó Ney y anotó el segundo, a pase del brasileño. Ya están aquí, para temor de un Sevilla que se los encontrará en la Supercopa de Europa este próximo 11 de agosto. El mismo día que el Real Madrid caía ante el Bayern.
El tridente está completo y el Barça lo nota. Y de qué forma. En los cuatro primeros partidos de preparación, en EE.UU. e Italia, el equipo azulgrana anotó seis goles, tres de ellos obra de Luis Suárez. Ayer, en 40 minutos cayeron dos, y pudieron ser más, pero ajustar los grados de la mirilla de sus fusiles lleva su tiempo. Messi lo probó con un chut a los dos minutos. Neymar, a los cuatro con un remate con el hombro. Y el argentino lo volvió a intentar con otro disparo a los cinco. Bastaron un puñado de jugadas para comprender que el gol caería tarde o temprano. Como así fue.
Los azulgrana no solo habían recuperado el poder de intimidación sino también su capacidad combinativa. Con un Alves rejuvenecido, las diabluras del tridente se sucedieron para regocijo de unas gradas surfeando en una ola. Hasta que Messi carburó el primer tanto. Una de esas jugadas que han repetido mil veces, que todo el mundo sabe y que nadie es capaz de defender. Centro ovalado desde la derecha para que el lateral, Mathieu, asistiera a Neymar. Pausa del brasileño y un dribling con el cuerpo que desconcentró al portero italiano. El segundo tuvo la precisión de los tiralíneas. Leo, Luis Suárez, Alves y Neymar y otra vez Leo de un obús con la izquierda. Así de sencillo, así de letal. Totti, en el banquillo, abría los ojos. ¡Mamma mía!, debió gritar. Un privilegio ser contemporáneo de estos futbolistas. Messi no marcaba desde la final de Copa del 30 de mayo. Neymar, desde la de Champions el 6 de junio. Nada ha cambiado.
Tangana
En lo futbolístico quedó claro que Messi y Neymar están un peldaño encima de todo. En lo anímico tampoco hubo dudas. Los dos están enchufados, comprometidos con la causa. Messi, que ejerció de capitán desde el primer minuto, va lanzado hacia el Balón de Oro y sabe que lleva varios cuerpos de ventaja sobre Cristiano Ronaldo. Tuvo arrestos, incluso, para enfrentarse a Mapou. Es difícil ver su mal genio. El defensa de la Roma debió decirle algo que le molestó y chocaron cabeza con cabeza. Leo se enfureció y le agarró del cuello, ganándose una amarilla. Y fue curioso porque contestó la provocación y Neymar, recibió una muy fea entrada de Florenzi, sin sentido y a mitad de campo, que ignoró. La lección de la Copa América puede que haya dado resultado.
El récord de los 122 goles que el tridente azulrana ostenta tiene pinta de ser pulverizado. Luis Suárez ya viene de ser crucial en la pretemporada. la temporada pasada trituraron el tope de 118 goles establecido por el tridente blanco CR7, Benzema e Higuaín años atrás. Leo logró 58, Neymar sumó 39 y Luis Suárez anotó 25. ¿Serán capaces de repetirlo? Las
Con el Tridente de lujo
Luis Enrique ya había dicho en la víspera del Gamper que no iba a mostrar el equipo de la Supercopa ante el Sevilla. Pero sí alineó de salida, para alegría de la afición que llenaba el Camp Nou, a Messi, Suárez y Neymar. O lo que es lo mismo, el Tridente de lujo, los mismos tres futbolistas de los que dijo el presidente Josep Maria Bartomeu, por la mañana, en el Congreso de Penyes, que merecían ser los tres aspirantes al FIFA Balón de oro de este año. En cambio el resto de ‘once’ fue más improvisado con una defensa compuesta por Alves, Bartra, Vermaelen y Mathieu. Con el trío Rakitic, Mascherano (de medio centro) y Rafinha en el medio campo.
La primera parte fue de claro dominio del Barça, aunque tal como ha venido sucediendo en toda la gira por Estados Unidos , se iban creando oportunidades, jugando bien, pero no se lograba batir a un inspirado Szczesny, el guardameta polaco de la Roma y antes del Arsenal. Lo más importante era ver que los hombres de Luis Enrique se tomaban muy en serio el partido, lejos de la imagen que dieron ante la Fiorentina e hizo que Luis Enrique se mosqueara con ellos. Baste el ejemplo del pique entre Messi y el defensa Mapou, mucho más grande y fuerte que Leo. El equipo azulgrana, además, presionó bien, jugó con las líneas juntas y la zaga adelantada.
Lionel Messi estuvo muy activo, así como Rafinha y Rakitic que dispararon mucho, aunque sin acierto. El gol era cuestión de minutos. Valió la pena esperar. Leo hizo un cambio de sentido de los suyos, hacia la izquierda, y Mathieu (ayer lateral zurdo), se la cedió a Neymar. El brasileño no desperdició la ocasión y logró su primer gol de la temporada (25’). Era poco botín para el juego barcelonista.
Detrás hubo que destacar el trabajo de Bartra y Vermaelen, apoyados por Mascherano. Alves y Mathieu aprovecharon la coyuntura para irse al ataque. Alves disfrutó junto a su amigo Messi, con varias jugadas de toque.
Y el 2-0 llegó en el minuto 40. Fue una jugada iniciada por Alves, pero resuelta por el Tridente. Luis Suárez controló el balónen la derecha, se la cedió a Neymar que controló el esférico y se la pasó a Leo Messi para que éste ‘fusilara’ con su zurda a Szczesny. Ese resultado ya hacía más justicia a lo visto sobre el campo. Y dejaba claro que la aportación de Leo y Ney son vitales en este equipo a nivel ofensivo. El Barça remató en 13 ocasiones, cifra nada despreciable.
Tras el descanso comenzaron los cambios, aunque Lucho sólo empezó colocando a Mathieu de central por Vermaelen y dando entrada al titular Jordi Alba como lateral zurdo. El resto de ‘once’ lo mantuvo ante la sorpresa y alegría general que temían que no salieran Messi o Neymar. Rudi García sí que cambió casi a medio equipo, empezando por el portero que fue el ex sevillista De Sanctis. El partido ya fue otro. Se jugó a un nivel inferior, con menos velocidad, aunque el Barça mantuvo su verticalidad como se vio en sendas jugadas de Messi y Neymar, con remate final y peligroso de Jordi Alba.
Homenaje a Pedro
Lucho hizo sus cambios en grupo y entre los que salieron estuvo Pedro Rodríguez que, muy bien, pudo jugar su último partido en el Camp Nou, vestido de azulgrana, antes de irse al Manchester United. La afición le premió con un aplauso especial, igual que a Seydou Keita, el ex blaugrana, cuando fue sustituido. Del ‘once’ inicial del Barça sólo quedaron Bartra y Rakitic. No hubo por tanto más show del Tridente. Sólo se quedaron en el banquillo Masip y Halilovic, que se irá cedido. Alen salió de emergencia por un Jordi Alba que abandonó el campo lesionado. Un contratiempo cara a Tiflis.
Y mientras la grada coreaba el nombre de Pedro, tras una buena jugada del tinerfeño, llegó el zambombazo de Rakitic. Un auténtico ‘cañardo’ que se decía antes, que entró por toda la escuadra. Era el 3-0 en el primer remate barcelonista de la segunda mitad (65’). Un gol de los que acostumbra a lograr el croata.
En esos minutos finales, Rudi García alineó al legendario capitán Francesco Totti, toda una leyenda de la Roma, que tuvo el placer de pisar el césped del Camp Nou, un campo que le encanta y ante un Barça que siempre ha admirado.
La lesión de Alba obligó a Lucho a jugar con tres defensas, tras entrar Halilovic por Jordi. Fue una prueba que no estaba prevista en este Gamper.
Pedro casi marcó en una jugada personal que De Sanctis desbarató. Fue una lástima. Hubiera sido el broche a una carrera inolvidable como ‘culé’ del tinerfeño. Quien casi marca el 4-0 fue Rakitic en otro fuerte disparo desde la frontal del área. El portero italiano se volvió a lucir.
El Barça acabó bien el partido, dejando claro que acudirá a Tiflis en busca de su cuatro título, de los seis posibles de la temporada, con la Supercopa de Europa ante el Sevilla.
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