El capitán amarillo decantó el encuentro con un gol de penalti que fue suficiente para que los tres puntos se quedaran en El Madrigal. Success y El-Arabi las tuvieron de todos l...
Después del primer ‘match ball’ salvado por Sandoval el Granada llegaba a El Madrigal sin miedo a nada y ante un Villarreal que parece que está perdiendo el fuelle con el que comenzó en estas últimas jornadas. Y así como dictaban los cánones los visitantes salieron más enchufados con una presión alta a la salida de balón amarilla.
Aréola y Andrés Fernández eran meros espectadores de un partido muy trabado en el que Del Cerro Grande no dejaba contento a nadie con su criterio a la hora de mostrar las amarillas. La emoción apareció casi en el ecuador de la primera mitad, dónde en tan sólo sesenta segundos pudo adelantarse primero el conjunto granadinista por medio de Success para a renglón seguido Soldado hasta en tres ocasiones encontrarse con un Andrés pletórico entre los tres palos.
A partir de este momento las idas y venidas de un área a otra pudieron cambiar el sino del encuentro en cualquier dirección, pero unas veces la falta de puntería de los delanteros y otras la excelente labor de los porteros evitaron esto en diez minutos locos.
En el último tercio de la primera mitad volvió el juego posicional de uno y otro equipo, por lo que el papel de Denis Suárez se convirtió en determinante. El gallego dispuso de una oportunidad muy clara y la respuesta nazarí llegó por el de casi siempre: Success.
Y así, sin ningún gol a pesar de las continuas ocasiones llegó el momento de enfilar el camino a los vestuarios en un Madrigal demasiado frío.
En la reanudación Soldado y Success continuaban siendo los protagonistas por un bando y otro. El primero por una nueva oportunidad marrada y el segundo porque todo lo hacía bien y regalaba una y otra vez asistencias a sus compañeros.
Fue precisamente el delantero español el que en los siguientes minutos provocara un penalti muy ‘light’ de Babin que Del Cerro Grande consideró como punible por empujón. Bruno, desde los once metros, engañó a un Andrés Fernández que se maldecía a sí mismo cuándo recogía el balón de la red.
Sin embargo este gol no tuvo todos los aspectos positivos que suelen tener estos, ya que el ‘Submarino Amarillo’ dio dos pasos atrás haciendo que el esférico fuera para los nazarís.
Sandoval debía mover el banquillo pero ante la falta de efectivos de confianza dio la oportunidad al recién llegado: Barral. El carismático delantero gaditano llegó hace apenas unos días con una consigna clara, salvar a otro equipo del descenso.
Y así apareció con poco más de 20 minutos por delante para acompañar a El-Arabi en la punta de ataque en una declaración de intenciones del conjunto nazarí, con nada ya que perder al verse por debajo en el marcador
El carrusel de cambios frenaba el ritmo del encuentro, que empezó a venirse abajo por el cansancio de los futbolistas.
El Granada buscaba la última tentativa a balón parado, jugada en la que subió Andrés Fernández sin éxito alguno, como tampoco lo tuvo El-Arabi con un disparo demasiado cruzado que enmudeció por segundos El Madrigal.
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